La Hermandad de Todos los Santos acabó ayer todos los cultos a su titular con su salida procesional. La Santísima Virgen en todo el camino se vio arropada por una multitud de sevillanos que se acercaron a los alrededores de la calle Feria. En el cortejo había representación de la hermandad de los Javieres y Carmen Doloroso, los sacerdotes vinculados con la parroquia de Omnium Sactorum. La Virgen lucía el manto celeste bordado en oro y un rosario de nácar de Tierra Santa, con agua del río Jordan. El repertorio musical estaba a cargo de la banda de música del Maestro Tejera.